DESNUDO
Fotografía analógica 120
1 Lobitos (3) desat sin borde pos

Formas de sostener el mundo. Piura, 2011-2012

Basta de dramas SandroA_055

Basta de dramas. Lima, 2012

Berta en la piedra sin margen final

Poeta en la piedra. Lima, 2015

Cuerpo a tierra sin margen pos 2 070

Estas casas no serán derribadas n.º 6. Lima, 2009

Cenital 002 2021

Estas casas no serán derribadas n.º 3. Lima, 2009

Brazos unidos, light painting SandroA_092

El abrazo. Lima, 2004. Técnica light painting

Cuerpo en tres, light painting SandroA_093

Ceci n'est pas un Magritte. Lima, 2004. Técnica light painting

Kat-2-SandroA_distico-final

Fases lunares. Lima, 2007

Ornella Por la ventana SandroA_041

La ventana roja. Lima, 2008

Ornella SandroA_035

Distopía. Lima, 2008

Estas casas no serán (El puente) SandroA_116

Estas casas no serán derribadas n.º 2. Lima, 2008

1 S.A 2022

Estas casas no serán derribadas n.º 1. Lima, 2008

Untitled retoque final

Nacida de un relámpago. Iquitos, 2012

La Madre Tierra encomienda al Rolando I re

La Madre Tierra encomendando al Rolando I. Iquitos, 2012

La piedra roja, Huari SandroA_090 re

La piedra roja. Áncash, 2008

Sandro Aguilar 01 2021 Epifanía

Epifanía. Lima, 2007

Hache SandroA_056

Hache. Bogotá, 2014

La grieta final

La grieta. Lima, 2012

Ventana San Bartolo final SandroA_081

A través del vacío. Lima, 2012

Mattie tela SandroA_082 final

El huracán. Lima, 2012

Milagros tela pos SandroA_084 final

Tapada limeña. Lima, 2012

Madre Patria sentada corte SandroA_058

La épica encarnada. Lima, 2014

Cuerpo pintado SandroA_063 6x6

Painted news (before Fake news). Lima, 2003

Cuerpo pintado SandroA_062 sin margen 6X6

Espalda deshojada. Lima, 2003

Sandro Aguilar-2-Retocado Ornella

Mujer con mostacho. Lima, 2006

Mariana con muletas corte SandroA_100

Sor Mariana de la Venda. Lima, 2007

Estas casas no serán derribadas, Lampa SandroA_057

Estas casas no serán derribadas n.º 5. Lima, 2014

EO sin margen 12_ corte

Flora y fauna. Lima, 2021

EO 1 sin margen

María Lionza. Lima, 2021

Ornella SandroA_040 final

Ensayo de ballet. Lima, 2008

Sin murallas para tu sombra

Sin murallas para tu sombra. Lima, 2008

El ayer es tu destino

El ayer es tu destino. Lima, 2010

EL ENTORNO PLÁCIDO DE SANDRO AGUILAR

por Abelardo Sánchez–León, escritor

Las dificultades de los artistas se plantean, generalmente, en relación a su entorno. No se sienten cómodos o despierta en ellos cierta molestia. Esto no sucede, sin embargo, en las fotografías de Sandro Aguilar. La explicación puede deberse a su espíritu generoso, sosegado, armonioso, que lo lleva a establecer lazos  tranquilos con las personas y, sobre todo, con el paisaje en el cual se encuentran. Las aguas, si están, son las de  un lago reposado. Si distinguimos un animal será la vaca quieta y de espaldas, mirando en lontananza. El paisaje  retiene el tiempo. Lo coge en su puño y lo eleva hacia unos contornos diáfanos pero no necesariamente precisos. Es el paisaje detenido, no solamente en la fotografía sino atrapado en una quietud impregnada por la  mirada del artista, quien no busca la belleza en la estilización de la imagen, lo hace a través de la búsqueda de una cierta existencia que perdura a los cambios. No es, por cierto, el paisaje urbano. Es el mundo del campo, de  los lagos, de las casas a la distancia. Sus fotografías recuperan una brisa perdida.

Su mirada indaga la belleza, eso no tiene duda, y la encontrará en el cuerpo desnudo, plástico, estirado, de la  mujer. La contemplación de la belleza es parte esencial de sus fotografías: mostrándose, ocultándose, tapándose, recubierto y transparente, el cuerpo está allí para ser visto. Y admirado. Envuelto en el misterio y el  enigma que la piel muestra como una luz. ¡Ah, la luz! Brilla en medio de esos claroscuros o sobresale en  aquellos escenarios de las afueras de la ciudad, en talleres o patios interiores. Sin duda, el cuerpo femenino, en estas fotografías, no se muestra de una vez por todas; al contrario, está para ser indagado, reconocido, buscado, porque siempre será visto de distintas maneras, ese cuerpo que está allí, tan cerca, también se encuentra lejos. O a la mano. Pero no es nuestro. Es de nuestros ojos, es decir, de todos y de nadie. Son libres en sus movimientos anchos y ajenos, salidos de un sueño. Jamás de una pesadilla.