De niño dibujaba al carboncillo las caras de las modelos de la revista Gente. Sobre mi cuaderno aparecían, lo más mimético que pudiese, aquellas portadas que eran fotografiadas para endulzar las amargas noticias de los años ochenta. Fueron mis primeros retratos. Aún sin una cámara.
Mi primer empleo fue director de casting para comerciales, actividad que no solo me reencontró en el plano real con las modelos dibujadas años atrás, sino que me enseñó a dirigir: darle una transformación escénica a las personas que acudían al set. De esta forma, aquellos dibujos al papel se encarnaron un día en los personajes de la pantalla publicitaria. Luego, tras la búsqueda de una mayor complejidad audiovisual, fui asistente de dirección en Storm Films (2002-2004), casa realizadora de comerciales que me abrió sus puertas. De este periodo recojo la primera identidad que me aportó trabajar con directores de fotografía, inesperados maestros que me presentaron a la luz como un espectro que, cuanto más dominado, mayor su capacidad narrativa de la imagen. Renuncié. Me volví fotógrafo.
Umberto Eco dice: “Es el otro, su mirada, lo que nos define y nos forma”. Esa adherencia por el individuo, sus ojos y los gestos que le oscilan desde un reflejo íntimo, me han llevado por varias indagaciones antes de poder establecer la cámara: ¿quién realmente es el que retrato? Porque quizás la fotografía sea un mecanismo lento para seguir observando la humanidad. Así como me traen fascinación las personas, también lo hacen los escombros. Desde la escuela he buscado la arqueología para imaginarme cómo eran las vidas anteriores por los recintos vacíos que dejaron. Por eso voy a casas, clínicas y vestigios que yacen abandonados en la inhóspita soledad a fin de concurrir al ayer y leer sus huellas: entenderme con el olvido. Implantar un cuerpo desnudo en aquellas ruinas ha sido el medio para contrastar nuestra fragilidad con un entorno que se termina, entregándola al juego evocativo que despierta el tiempo: el presente habita en el pasado.
Como escritor, mi primer libro de relatos, Discromía, marcó mi ingreso a la narrativa por parte de Eva Pereira (doctora en Teoría Literaria y Literatura Comparada por la Universidad de São Paulo) y Jaime Vargas Luna (editor de [sic] libros), quienes con su agudeza y perfeccionamiento del lenguaje escrito convirtieron un diario de relatos en un libro. Mi relación entre la literatura y la fotografía puede comprenderse como una amplitud de lenguajes fronterizos, y transferibles en la creación de mi obra. Pero si hay un comienzo, ese podría ser mi padre en su cabina de la radio, masificando el espíritu musical de tantos artistas que pasaron por su programa y nuestra casa. Y mi madre, que me sentaba a colorear los libros de dibujo que me compraba en el viejo barco Doulos, antes de que saliera velozmente a jugar a la calle.
2014 Encuentros bajo la luz, Ministerio de Cultura, Lima
2014 La ribera desnuda, Centro Cultural Inca Garcilaso, Lima
2008 Hospital, Alianza Francesa, Lima
2008 Discromía, Universidad de Palermo, Buenos Aires
2004 Los cuerpos que me habitan, Centro de Estudios Brasileños, Lima
2017 En el país de las Amazonas. 150 años de fotografía, Centro Cultural Británico, Lima
2016 ¡Pare! Perú, Fundación Cultural de Providencia, Santiago
2014 Begira Photo Festival, Museo de Arte e Historia de Durango, Vizcaya
2012 SVSS: Selva Virgen, Salvaje y Sensual, I Bienal de Fotografía de Lima, Lima
2011 III Antología binacional Cuento para jóvenes. Ecuador-Perú, 1998-2011, Salón Túpac Amaru de Palacio de Gobierno, Lima
2010 Un punto de color, Galería Cecilia González, Lima Photo, Lima
2010 Ciudad contenida, Galería Vértice, Lima
2007 El cuerpo: Su identidad, Coco de Mer, Lima
2021 El Ojo de Iberoamérica (Plata), Desaparición, Oncosalud-Zavalita Brand Building
2018 Gran Effie, Escolares útiles, Mibanco-Zavalita Brand Building
2013 Selección oficial Perspectives: Art, Inflammation & Me, Abbott Laboratories, San Diego, EE. UU.
2010 Primer premio de fotografía La inclusión social, X Bienal de Arte de la Universidad de Morón, Buenos Aires, Argentina